Quien no recuerda el final de Regreso al Futuro con la espectacular aparición de Doc anunciando lo que estaba por llegar, mostrando un teaser de lo que podría ser la vida en unas cuántas décadas. Con Xbox One pasa exactamente lo mismo. ¿Microsoft nos ofrece la consola del futuro? Aún no, pero claramente apunta a esta dirección.
¿All in One?
“Xbox On”. No pasa nada, básicamente porqué esta función no está disponible para todos los países. Y esto es el primer síntoma de algo que condiciona la experiencia de usuario sobretodo en el concepto “All in one” referente claramente a las capacidades multimedia, al control del salón que ofrece la One.
No pasa nada, la configuro en inglés y le doy las órdenes en este idioma. Bien, si no defines EUA como territorio no puedes. ¿Porqué limitar los idiomas por territorios? Si no existe una app evidentemente no se utiliza la función y si tu lengua no es la del país no tiene mucho sentido.
Decepcionante también a nivel de aplicaciones, algunas como Wuaki o Gol TV no están disponibles en este lanzamiento y la experiencia integrando por ejemplo Canal Plus es ahora mismo deficiente ya que no reconoce los canales y simplemente ofrece pasar de un juego a la tele con más velocidad de lo que haríamos con el mando, pero evidentemente no es algo diferencial. Eso si, permite acoplar la imagen de la tele mientras juegas y esto si que es un avance significativo.
Sin duda este apartado es dónde Microsoft paradójicamente tiene más trabajo. No dudamos que si esto lo probamos en EUA o incluso Francia (aquí si que se integra Canal Plus) la sensación habría sido distinta. En España deben mejorar urgentemente, actualizar rápido o van a perder la ventaja competitiva respecto su rival.
Kinect 2.0
Sin duda la joya de la corona. Lo que para muchos es un encarecedor de precio, un complemento o algo prescindible, en realidad se trata de algo básico para disfrutar de lo que ofrece la nueva Xbox. Sin Kinect no hay futuro. Es una pieza clave para agilizar los procesos de interacción con interface, para el reconocimiento del usuario sin necesidad de entrar códigos… En definitiva sólo por Kinect vale la pena la compra de Xbox One.
Por si fuera poco muy interesante la integración con los juegos. Kinect no entorpece, al contrario, ayuda a que todo sea más fluido. Por ejemplo en FIFA 14 ahora cambiar de cámara, hacer una sustitución o modificar la mentalidad de los jugadores es algo tremendamente ágil sin cortar el ritmo de juego.
Una cosa es un juego para Kinect y otra Kinect como algo esencial de Xbox, algo integrado, sin forzar nada. Realmente impresionante, cuando funciona, claro. Kinect también está en beta y no es 100% fiable pero no está lejos de serlo. Pocas veces decepciona y con un poco de paciencia obtienes una pequeña pizca de lo que será, o al menos debería ser, el futuro.
Ok, ¿y los juegos?
A nivel de juegos, hemos probado FIFA 14, Need for Speed, Battelfield 4 y Killer Instinct. En la mayoría de casos, excepto un part de bugs, el rendimiento ha sido bueno y el salto generacional es notorio. No sólo por la capacidad gráfica sino también por la velocidad de carga, ejecución y la agilidad con la que se mueve todo dejando claro que hay algo potente detrás de todo esto.
Creo que vale la pena dar el salto justamente por este último factor. Por ejemplo cargar Fifa en Xbox 360 o PS3 era un cristo. Todo lentísimo. Ahora es un momento, jugar es un placer inmediato como los consolas de antes. Es decir, se agiliza lo que debe ser rápido y se da complejidad con lo que se puede profundizar.
En definitiva…
Xbox One es brillante, pero en este momento limitada al ser concebida como una consola para un país muy en concreto: Estados Unidos. Es como Killer Instinct, un videojuego espectacular, pero sin modo historia, con muy pocos personajes incluso pagando y escenarios limitados. Está claro que la cosa irá por capítulos y después de esta primera cata, todos queremos más, pero este conjunto de limitaciones hace que la consola sea recomendable sólo para early adopters, gamers que disfruten con algo nuevo, que no les importe si todo no está perfecto, que les fascine el riesgo de testear y tener la satisfacción de formar parte de algo brutal desde el minuto cero. En cambio para el gamer conservador, con poca paciencia y poco hábil solucionando errores no es la mejor opción. Es el futuro, pero en versión beta.