Los dos fueron unos clásicos de los 90, bombazos que marcaron un antes y un después. Con la llegada de los polígonos Sonic y Street Fighter intentaron actualizarse, tanto a nivel técnico como en jugabilidad. Los resultados fueron más que discretos.

Ahora, con el boom de una nueva generación enfocada a un target de 25 a 35 años, el mismo que hace más de una década explotó las virtudes de estas dos joyas, la jugabilidad vuelve a ser la misma del principio.

Fruto de un largo proceso de reflexión, parece que la conclusión a la que han llegado los dos equipos son la misma: aprovechemos la magia que ya tenemos con la tecnología del momento. Algunos dicen que no es innovación, pero otros también dicen que el genio no inventa, sino que sencillamente reinventa.