Al fin hemos tenido la ocasión de asistir a la presentación de la nueva apuesta de Sony y Naughty Dog, The last of us, que el próximo 14 de junio tendremos para Playstation 3. En un entorno totalmente personalizado, hemos podido probar en nuestras propias carnes la primera hora de juego. Para nuestra sorpresa al entrar, no ha habido ningún tipo de charla ni hemos recibido información alguna sobre el The Last of Us, aunque tampoco a sido necesario. Nos han prestado un mando, nos han puesto en un sofá delante de una enorme pantalla y hemos empezado a jugar.
La primera impresión ha sido muy buena, la aconseguida puesta en escena nos permite meternos en seguida de lleno en la historia, el dramatismo del diálogo entre los personajes nos hace creer que estamos viviendo en directo un capítulo del mismísimo The Walking Dead. Una ciudad debastada en la que mientras nos hacemos con los controles básicos (correr, agacharnos, trepar…), iremos disfrutando de los impactantes pero bellos escenarios compuestos de edificios en ruina y maleza.
Una vez metidos en acción, hemos podido comprobar la importancia del sigilo y la estrategia, teniendo que exprimir al máximo las los espacios para esconderse, utilizar nuestros oídos y los objetos presentes en la zona para poder abrirnos paso entre los temibles enemigos que pueden incluso ir en manada, unos más fáciles de derrotar, otros peligrosísimos. Hemos tenido que aprender a distinguirlos a marchas forzadas, ya que el modo de derrotarlos muy lejos está de la heroicidad que nos permite otros videojuegos del mismo estilo, como sería por ejemplo el reciente Resident Evil 6. Debemos enfrentarnos de uno en uno, con mucha paciencia y sabiendo que cualquier desliz puede suponer en un abrir y cerrar de ojos nuestro fin.
Nos hemos encontrado con una jugabilidad extrema, en la que nuestra habilidad y experiencia se convierten en factores importantes. Esto convierte esta demo en un gran atractivo para los amantes de los retos. Es fácil morir, muy fácil, pero el juego nos revive justo antes de la acción, permitiendo repetirla una y otra vez hasta que demos con la mejor estrategia (al más puro estilo de los Prince of Persia de nueva generación). De este modo, lejos de frustrarnos, tras cada muerte nos crece la curiosidad de saber en qué hemos fallado para volver a intentarlo y de este modo mantenernos enganchados al videojuego.
Además, este sabor de debilidad nos devuelve a los 90 con los primeros Survival Horror míticos como Silent Hill o Resident Evil, en el que debíamos medir nuestra limitada munición o habilidad antes de enfrentarse a cada monstruo. La parte de exploración también nos recuerda a la ya consideradas franquicia de culto como Uncharted o Tomb Raider, en los que la exploración se convierte en el protagonista principal de las escenas sin acción.
Quizás lo único que hemos echado en falta a esta demo es que tanto reto pueda llegar cansar a un público menos paciente para el sigilo y la estratégia, pero más deseoso de disfrutar de la envolvente historia y puesta en escena del videojuego. Esperemos que, del mismo modo que ocurre con grandes títulos como God of War, los menos habilidosos para este tipo de acción tengan la oportunidad de continuar conociendo como se desarrolla la aventura sin quedarse bloqueados por el mismo sistema de exploración o por la dificultad en las escenas de acción.
De todos modos, concluimos que la demo de The las of us ha llenado nuestras expectativas. El ambiente es sobrecogedor, la acción es tensa, pero no hasta el punto de asfixiarnos. La inquietante historia y la dificultad nos obliga a desear avanzar y saber cada vez más y más.
Sin duda, la espera para la versión final va a ser eterna.