Kratos nunca falla. Es una máquina de matar, pero también de deslumbrar. La sensación de estar jugando con algo por encima de la media y terriblemente espectacular vuelve pero ahora en alta definición. God of War III llega a PS3 con la intención de no sólo marcar la diferencia en el Olimpo. Kratos quiere liderar el género de acción que tanto está funcionado en PS3 y quiere hacerlo a lo grande.
God of War III debe también impresionar a nivel argumental más allá de todas las florituras técnicas que ofrecen los cracks de Santa Mónica. Parece que, de momento, lo hará. Simplemente jugando con la demo, que ya se puede descargar de la Pstore, God of War III muestra sus credenciales: La jugabilidad será la misma, el estilo también y el argumento se limitará en continuar la historia. A priori podría parecer algo desastroso, totalmente gris. Pero si partimos de la excelencia, que esta tenga continuidad pero de forma mejorada, entonces poco más hay que decir.
God of War III lo tiene muy fácil para impresionar a nivel técnico, porqué la base ya de por si es espectacular y porqué está diseñado para ser explotado en PS3. Por ejemplo, La iluminación dinámica empleada en God of War III solo es posible gracias a la potencia de proceso de las unidades sinergísticas de proceso del Cell. Por ejemplo, usando la tecnología de Iluminación de Alto Rango Dinámico (HDRL por sus siglas en inglés), la cámara en primera persona de Kratos emulará la retina humana, provocando a los jugadores una sensación de claridad excesiva cuando Kratos abandone una zona oscura para pasar a una iluminada por el sol, emulando la reacción del ojo humano de adaptación.
El reto está en los microargumentos de la historia. El argumento en general puede ser más o menos sorprende. Lo interesante es como Kratos vive la aventura. Esos detalles son los que están realmente destinados a marcar la diferencia. Parece que el brutal espartano lo tiene todo para salir victorioso… Si Zeus lo permite, claro.