Siempre es delicado el lanzamiento de un título estrella cuándo vivimos una etapa de transición entre generaciones. A muy poco de la llegada de XBOX One y PS4, FIFA 14 para PS3 y XBOX 360, es decir para la generación actual, vuelve a sorprender y demuestra una vez más que EA ha hecho los deberes.
Evidentemente no vamos a hablar de evolución gráfica (ni falta que le hace) sino más bien de mejoras en modo de juego, control y del nivel de realismo que desprende FIFA 14.
FIFA 14 cuenta con un gran acierto: Mimar el modo más representativo de la saga, el modo carrera. Sin duda es el mejor modo que aprovecha el gran trabajo en base de datos y la inversión en licencias realizada. Entonces lo lógico es potenciarlo. Con la nueva red global de traspasos sin duda se renueva y se incrementa el interés. Ahora se deberá fichar a un ojeador (siguiendo al estilo del ojeador de la cantera) para detectar y observar talento en diferentes ligas. Todo tendrá un proceso y la posibilidad de equivocar-se al fichar si hay precipitación sin duda aumenta. El pero es que esta figua hace que el ojeador de cantera y la cantera en si pierda fuerza. ¿Para cuándo un equipo B o filial de verdad?
Otro elemento renovado es el interface. Mucho más atractivo, pero igual de lento en algunos apartados como en la confección y organización del equipo.
En cuánto al control, FIFA 14 es más lento, los jugadores “pesan” más, la pelota también y eso se nota en cualquier jugada, especialmente si el tiempo es lluivoso o nevado. Hacer regates se vuelve más complicado y las características de los jugadores se vuelven más decisivas, tanto las físicas como las técnicas. Además, se han añadido más movimientos y eso también ayuda a incrementar la sensación de realismo.
FIFA 14 no revoluciona, ni tan solo perfecciona, sino que encara (muy acertadamente) su estilo hacia una visión mucho más cercana a la realidad. En realidad es un ejercicio de coherencia que deberían hacer todos aquellos videojuegos que se autoproclaman simuladores.