La noticia ha corrido como la pólvora, muy pocos han podido evitar la sorpresa tras descubrir que el formato físico del próximo Metal Gear Solid para PC sólo había 9 megas de contenido, mientras que el resto se tenía que descargar vía Steam (y hablamos de la friolera de 24 gigas). ¿Podría significar esto el inicio del fin del formato físico?
No se trata del primer y único intento por parte de las grandes compañías para persuadirnos a pasarnos al “lado digital“. Sin ir más lejos, Sony lleva años buscando la fórmula, desde el fiasco de la PSP GO (una versión de la portátil que no incluía el formato digital) o al empeño obviar la utilidad de las instrucciones, algo que muchos coleccionistas aman y encuentran de menos (los títulos para PS Vita carecen de manual de instrucciones).
Otro intento que acabó siendo criticado por la comunidad fueron los videojuegos que incluían sistemas para evitar la venta de segunda mano, com es el trillado caso de Resident Evil Mercenaries, que no permitía borrar la partida. Evidentemente los videojuegos comprados digitalmente no se pueden vender como segunda mano (a no ser claro está que vendas la consola entera). Muchos creen que este experimento fallido fue para tantear el terreno, si todos los videojuegos no se pudieran vender como segunda mano.
El mercado retro VS la venta digital.
Está claro que la venta digital está cogiendo fuerza, siendo de entre todas, la plataforma Steam la que está más aventajada. Pero cada vez nos encontramos con más compañías que hacen más apetitosa la descarga: El nuevo modelo de PS4 con un Tera de memoria, las partidas en streaming, la bajada de precios digitales respecto a la misma versión física, el acceso a títulos obsoletos en las tiendas… Porque hablando de tiendas, ¿Qué le ocurrirá al comercio si llega un punto en el que ya no sea necesario comprar videojuegos en formato físico?
Estamos en una moda retro dentro del sector de videojuegos, todos los que crecimos con consolas de 8, 16 y 32 bits nos volcamos en recuperar aquellos títulos , consolas y recreativas que tanto nos gustaron entre los años 80 y 90. Las compañías no dejan de reeditar videojuegos clásicos (aunque en descarga) y los desarrolladores indie tienen muchos de ellos un afán por reproducir el estilo más pixelado.
He podido comprobar en alguna tienda del mercado que tiene en su mostrador consolas y videojuegos de esta época, también se puede conseguir aparatos que permiten jugar con cartuchos antiguos o todo tipo de gadgets y emuladores varios.
La descarga digital está cada vez más cerca, así como el coleccionismo y la reedición de títulos clásicos. Esperemos con ganas cómo serán este tipo de cambios.